Un tiempo considerable

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Hay muchas razones por las que alguien no quiere/puede escribir. Infinitas.
Una o varias de esas me ocurrieron a mí.
He estado intentando escribir hace muchos meses, pero no lo había logrado. Creo que la forma en la que escribo es proporcional al tiempo libre que tengo o al aburrimiento.
En este tiempo considerable, han pasado cosas maravillosas, extraordinarias, pero también terribles y horrorosas: la vida.

El año pasado estuve viajando, y al final, me dediqué a buscar trabajo para solventar mis cuantiosas deudas. Encontré un trabajo "ideal", que resultó ser un fiasco. Terminó mal, porque para variar me provoqué un boicot hacia mi persona. Jamás termino de sorprenderme, es terrible. Así que no me quedará de otra, eventualmente, que renunciar y emprender vuelo a otro lugar, el cual está en veremos.

En este viaje me leí tres libros que me había llevado desde mi biblioteca personal: "El corazón de las tinieblas" de Conrad, "Tierras de Cristal" de Alessandro Baricco (mi favvvv) y "Las mujeres que aman demasiado" de Robin Norwood. El último me cambió la vida, y no puedo dejar de mencionar el dato freak: por alguna razón que no puedo mencionar con detalles, terminó semi meado por un inglés ahueonao. Este dato no deja de ser una señal.


Quiero y debo ver la película "Apocalypse Now" de Coppola porque el guión se basa en al libro de Conrad, "El corazón de las tinieblas". No la he visto, yo sé que es un clásico, pero un clásico también es la lata que me da, a veces, con tantas series y películas que hay que ver y tantos libros que leer.
El libro tuve que empezarlo como dos veces. No me enganchaba, no lograba situarme en el contexto, me leí toda la nota introductoria que sólo Editorial Edaf puede darte, creo que me entusiasmé mucho con lo bacán que lo retrataban, pero al final no pude seguir el hilo argumentativo. Quizá fue el medio en el que lo leí, el lenguaje, etc... en fin, me las dormía plácidamente cada dos páginas. Ése libro me lo compré por el simple hecho de ser un clásico, de que mis profes me decían que tenía que leerlo.

Con "Tierras de cristal" me pasó un poco lo mismo, al principio. Pero creo que esto se debía principalmente a que el libro anterior me había dejado desinflada. Después agarré vuelo, y no podía parar de leer. Baricco es mi amor eterno. Quiero tener sus pequeños hijos librinos. Me encanta la forma simple y acotada, a veces repetitiva en que Baricco se expresa. También la forma en que mezcla diversas historias. Siempre siento un sabor melancólico y amargo en sus historias, especialmente en sus personajes. En "Tierras de cristal" todos viven a su manera la soledad, una que les cala hondo.
La historia que más me impresionó, fue la de esta mujer, la bella "protagonista", que acepta que su marido traiga de un viaje al hijo que tuvo con otra. El chiquillo es casi un adolescente y se enamora perdidamente de su madrastra, al final del relato, se aprecia lo inevitable y lo trágico.


El último libro que leí en mi viaje, y que terminé llegando a mi último destino es "Las mujeres que aman demasiado". No es un libro de autoayuda, creo. Al menos a mí me dejó la sensación de que en ningún momento era algo así como 'tips para dejar de ser una arrastrada y evitar a los hombres tóxicos de tu vida', no es un artículo de una revista femenina. Norwood ejemplifica con muchos casos de pacientes (en su mayoría mujeres) que han ido a su consulta por diversos motivos, pero todos como base a los problemas que tienen con su vida sentimental: hombres. Después de leer algunos de ellos, encontramos un patrón. Norwood lo explica, lo hace evidente, te abre un poquito los ojos, te hace ver tu entorno con detenimiento, cuidado. Las bases de tu infelicidad como mujer a veces están ocultas en lo más profundo de nuestro ser, de forma inconsciente, así como diversos traumas.
Es un libro que al fin y al cabo te hace ser más consciente, a mí en lo personal, a quererme un poco más. Y por eso agradezco la lectura.
Cuando empecé y posteriormente terminé de leer este libro, estaba en una época de transición, esa transición que tanto esperaba como mujer y que con esta lectura se concretó. Recomiendo que todas lean este libro, un libro que llega en el momento preciso de nuestras vidas.

True Detective 2

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Hace una semana que terminé de ver la primera temporada de True Detective, como ya se habrán dado cuenta, mi nivel de locura y fanatismo por la serie me obligó a descargar la segunda temporada y verla sin descanso.
Como finalicé en el post anterior, debo reforzar mi disgusto por las críticas de algunos ahueonaos que dijeron que era una pésima temporada con gusto a nada.
Locos, me los paseo, esta temporada fue kick ass de principio a fin, ¿qué les sucedeee?

Colin Farrell es un tipo que no se ha destacado por sus actuaciones anteriores, y yo no lo hubiese defendido antes (bueno sí, porque qué onda lo huachito rico, aunque esté pasadito de kilos), pero creo que ha tenido un cambio pa' mejol desde que protagonizó "The lobster" (La langosta) junto a la Rachel Weisz. Puro amor para él y su nueva faceta de galán maduro y con sentimientos. Me gustan estos tipos como Farrell, porque a pesar de que nadie da un peso por ellos, un día dicen: "ya culiaos, hoy les voy a demostrar que están todos equivocados" y piummm se manda esta actuación en True Detective, que si bien no es pa' mucho, es buena, porque así es el PERSONAJE.
Velcoro (el personaje de Farrell) se pasa toda la temporada angustiado preguntándose si hizo bien en "venderse" a un gangster por información. La información básicamente es saber qué asqueroso drogadicto fue el que violó a su mujer, para matarlo él mismo con sus manos.
Se me parte el corazón, porque éso quizá no sea ser un buen police, pero es porque amaba a ésa loca de mierda que después queda (supuestamente) embarazada del violador y lo deja destrozado. Él, que hizo todo por ella, MAL, eso no se hace BITCH. Más encima está ése pendejo gordinflón que no se lo merece como figura paterna. Pendejo.
Después de todas las cosas malas que le pasan, menos mal que tiene a la Rachelcita para que distraiga la vista.



El suceso principal por el cual se reúne esta crew (Colin, Rachel y Kitsch [Vaughn]) es el asesinato de un viejo decrepito y completamente depravado, adicto a las prostitutas y mafioso, llamado Ben Caspere. El develar quién es el asesino del tata, es básicamente toda la temporada, (putas, gangster a lot of money, políticos corruptos, etc.)

Otro actorazo que acompaña la trama es Vince Vaughn, que (OH MI DIOS) de verdad se luce y lo amamos. Es una mezcla perfecta de un tipo al que no quieres ver enojado (porque hueón, qué miedo, cuiden sus dientes), pero que quieres abrazar por las noches como a tu osito preferido. Lo definiría como un terminator gangster, y ya que estamos en esas quiero 5 envueltos para llevar, por favor.
Y sí, envidié completamente a la mina que hizo de su esposa, porque el tipo suda masculinidad y aparte que está más flaco, o es mi idea? Está como quiere. Pero ya, contrólenme, no es sólo por eso (maldita superficial), es que él es MUY bueno, demasiado, me encariñé tanto con el personaje que me dolió triple su final y que todos hayan sido tan bostas con él.



La gran sorpresa, es la boni y hermosi Rachel McAdams, (creo que mi favorita lejos) en la serie logra zafarse por completo de su macabro estereotipo de la chica de al lado, de la mina más dulce y simpática del mundo, para convertirse en la policía más trígida del condado (qué miedo que me tenga mala). Ella como todos los otros personajes, están quebrados emocional y espiritualmente, no puedo decir spoilers, pero de verdad que a su personaje (que amé que se llamara Antígona) le pasaron hueas mierda, sobre todo cuando chica, y eso me partió el corazón e hizo que la apreciara MORE. Porque es una guerrera que se sobrepone a la mierda, y sale adelante.
El quiebre o el clímax cuático de la temporada comienza en el capítulo número 6, cuando Antígona-Rachelcita debe pasarse por prostituta para meterse en una fiesta privada de orgías y viejos asquerosos. Qué jevi ése capítulo, aparte que es en ése lugar en que la pobre recuerda EL episodio más traumante de su niñez.

(Ayayayayayayayaiiiii)

Y por último, lo mejor, (papeto ricura, coseeeta, quién fuera jabón para que me pasen por ése cuerpo) Taylor Kitsch. Me encanta su faceta de "NO MINO" (poooobre, el hueón es tan, pero TAN rico, que no le sale hacer de hueón tímido o humilde, al contrario más ganas de mmmm dan) y de tipo atormentado. Porque aunque parece que tiene toda su vida BIENS, está más que pitiado por dentro. Sólo tenía que aceptar su verdadero SERRR. Tan bueno, tan lindo, tan... por la chucha por qué le tienen que pasar tantas cosas, y el penúltimo capítulo es lliooorar y lliorar.


Yo digo que esta temporada fue magistral, excelente, al igual que la anterior, pero OJO son súper distintas entre sí. No hay comparación, locos, paren de decir que es mejor la primera. El penúltimo capítulo estaba tensa, para qué decir del último capítulo, fue todo el rato como AHGGG NOOO! Y la impotencia por no salvar a unos cuantos que me caían shuer bien. (Era inevitable sentirse así, al ver el INEVITABLE destino de los personajes producto de sus malas [generosas] decisiones)

P.D.: Cuando terminé de ver el último capítulo (y bueno, todavía...) me sentí terrible. Esta vez todo es tan injusto. No hay redención, los malos no son castigados, por la chucha. Cruda realidad.

P.D.2: QUIERO LLORAR Y LLORAR.


¿Por qué no había visto True Detective?

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Este fin de semana tenía muchas cosas pendientes. Una era terminar el libro de Lena Dunham "No soy ese tipo de chica" y la otra concluir la primera temporada de True Detective, una serie que jamás me llamó la atención en su momento, a pesar de que todos mis amigos serie-adictos de Facebook la comentaban (lo mismo que pasó con Breaking Bad, grosso error). Pero así soy yo, medio slowpoke para mis cosas. No me quiero justificar, pero en esos momentos de mi vida, tampoco tenía mucho tiempo que digamos, mi trabajo requería mucho tiempo, incluso extra programático (en mi casa).

No sé cómo partir hablando de esta serie, quiero partir quizá diciendo que es lejos la mejor serie que he visto en mi vida (y eso que soy la fan número uno de Game of Thrones). Y que cuando terminé de ver el último capítulo, tenía un nudo tremendo en el estómago. Ésa noche hasta soñé con los terrores que habitaban en el mundo de True Detective (y que muy de verdad, y muy seguramente, habitan en este mundo). Porque eso fue lo que más me dejó mal, me recordó que no estamos a salvo del mal, y como mujer (y también porque estoy en contacto siempre con niños pequeños que deseo proteger más que a nada en el mundo), me llegó, me llegó hasta la médula. Qué terrible sentir ése miedo a lo animal, a ésa bestia maldita que habita silenciosa en las personas. 

Es un guión excepcional, creado a la perfección. Debo reconocer que los primeros cinco capítulos (y son ocho en total) no cachaba ni huea de lo que pasaba. La serie se iba en puro bla bla de unos investigadores entrevistando a estos dos policías por unos hechos ocurridos 17 años atrás, en los que ellos encontraron muerta a una prostituta (o ya no tan prostituta). La tipa buscaba la redención, pero para su mala pata no se pudo encontrar con nada más que con una iglesia satánica y sus locos adeptos, que le hicieron de todo y luego la sacrificaron para sus fines macabros. Los protagonistas nunca encontraron mucha coherencia en lo que iban descubriendo, no lograban relacionarlo muy bien, y tampoco nosotros.
Entre medio, además, nos muestran aspectos de la vida íntima de estos detectives, que te hacen pensar o dudar de que uno de estos policías se tostó jevi y terminó convirtiéndose en el asesino en serie que buscan (porque muchas cosas parecen indicar aquello y porque así nos meteríamos en un buen cliché hollywoodense).

Sorpresa, de repente, dan con el ex marido de la mina asesinada que les habla por casualidad de que su compañero de celda era un tipo requete rallado del mate, que le hablaba sobre una iglesia satánica que no sólo tenía predilección en cazar minas, sino que también niños. Tengo que detenerme ahí. 

Entre todo el sin sentido o el "relleno" que te hacen presenciar (porque los detectives se dan un montón de vueltas y más vueltas en personajes y parajes), se nos dan un montón de pistas y elementos claves que ni nosotros ni los detectives prestamos mucha atención.

No puedo seguir mandando spoiler, pero debo mencionar que el capítulo cinco marcó un antes y un  después en la serie. Una que ocurre lo más terrible hasta el momento, y sin previo aviso. Nadie me advirtió que la serie es súper cruda y fuerte (ahora yo se los advierto, solo a los sensibles de corazón). Que nunca muestran NADA, pero hacen algo peor que eso: dejar a tu imaginación absolutamente TODO. En éste todo y nada, es tú imaginación la peor enemiga. Si ya el tema de la violencia a la mujer es terrible para mí, peor es el tema del maltrato infantil, y aquí señores, nos dejan peinados para atrás.



Los últimos tres capítulos son perfectos y terribles, hermosos y desconocidos. Una porque nos adentramos súper poco (nada) en la mente de un psicópata asesino serial, y ya nos queremos ir gritando y diciendo BASTA-SUFICIENTE. Lo otro, es que te das cuenta, junto con los protagonistas de que todas las respuestas estuvieron AHÍ, siempre. Solo tenías que caminar hacia atrás, sobre tus propios pasos. Me sentí tan hueona y culpable y angustiada, al igual que los detectives (si tan solo hubiesen cachado al hueón antes).

El guionista-creador de la serie jugó con mi cabeza y lo hará con ustedes. Al final no caché ni cómo ni cuándo estaba metida hasta las patas, con un dolor terrible de estómago, rogando a DIOS que no fuera tan malo y que permitiera vivir a los buenos, y ojalá descuartizar a los malos, pero eso, es puro sabor amargo.

Me dan unas ganas de spoilear, pero no puedo, simplemente no puedo. Solamente me queda mencionar mi amor eterno a Matthew McConaughey porque éste fue lejos el mejor personaje que ha hecho, chao Dallas Buyers Club, ni a los talones. Rust quedará en mi memoria como un Verdadero Detective, y a Woody Harrelson (esa trompitaaa) que lo odié en muchos episodios por ser un cabrón, pero todo cabrón merece tener una redención digna como esa, y por ende, amor eterno y besos en esa boquita. 
Veánla y démosle al spoiler, forever and ever.

P.D.: Empecé a ver la segunda temporada de True Detective, y no estoy de acuerdo con los que andan diciendo (osea TODOS) que Colin Farrell cagó la serie, qué les pasa? antes nadie le tenía fe a McConaughey tampoco y ya tiene un Óscar en sus manos. Le tengo cualquier fe a Farrell, no solo porque lo quiero con papas y con todo (ketchup, mayo, mostaza), si no porque yo sé que se la puede! y Rachel (linda preciosa) fuiste un tonto Ryan Gosling, y porque me encantan los combos de Vince Vaughn y porque Taylor Kitsch, conchetumadre, madre mía, perdóname Jesucristo, éste hombre DIOOOS, cuánto le daría (argggg)

Cosas que sólo me pueden pasar a mí...

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Vivimos en un mundo retorcido. Escribo esto cuando todavía no logro reponerme de la gran sorpresa que me dejó el regalito de un desconocido.
Para que quede claro, todo lo que he escrito es la pura verdad y no el producto de mi maravillosa e ingeniosa imaginación.

Antes de ayer salí con una amiga que no veía hace tiempo (un mes o menos? pero para nosotras es mucho tiempo), nos mensajeamos mientras estábamos en nuestros respectivos trabajos y quedamos de "relajarnos" en un barsucho habitual de Providencia. 
Ella llegó una hora tarde, y yo quería estrangularla, como a todas las personas que me hacen esperar en el lugar de encuentro. Pedimos dos caipirinhas que estaban demasiado hardcore para existir, por lo que quedamos cufifas antes de tiempo, y en algún minuto nos dimos cuenta de que ya estábamos hablando de sucesos paranormales que nos han pasado en la vida. 

Tengo que rebobinar, pude haber empezado a escribir que ése día, en la mañana, sentía que no podía tener más suerte en mi vida, porque cuando fui a preguntar a la biblioteca sobre un libro que quería leer hace años, justo lo tenían disponible a préstamo, qué felicidad conchetumadre. Lo eché en mi bolsa y me fui al trabajo contentísima. 

Vuelvo. Cuando ya nos pusimos patéticas y borrachas, no se nos ocurrió nada mejor que pedir piscola, dos piscolas más, súmale. Y mientras nos las tomábamos como agua, a mi amiga no se le ocurrió nada mejor que irnos del bar sin pagar, a lo que yo respondí, obviamente, encantada. 

No me acuerdo cómo nos fuimos del lugar, pero debimos ser lo bastante lentas y torpes, porque nos alcanzaron e igual tuvimos que pagar la cuenta, nos excusamos de que nos habían atendido mal, y de todo corazón PERDÓN, que en verdad estábamos muy ebrias y eso era muy muy en serio.
Adivinen qué? no sé cómo llegué a mi casa, tengo flashbacks del taxi, de que me estaba quedando dormida, que caminé demasiado en Avenida Providencia, y bueno, llegué a mi casa, me acosté y en mi borrachera apagué la alarma de mi celular, y adivinen, al otro día me desperté a las 11 am cuando tenía que estar en el trabajo a las 10,30. Sólo quería morir. Aprendí mi lección, o tal vez no. En el trabajo me querían matar, estaba afligida, tuve que vomitar en el baño, tuve que dormir 15 minutos en el baño y toda el agua del mundo no era suficiente para acabar con mi agonía. 

Mientras estaba dormitando sentada en la taza del guater, caí en la cuenta de que no tenía un chaleco ni mi bolsa de libros. PERDÍ LA BOLSA, PERDÍ EL PUTO LIBRO. Fui a preguntar corriendo al barsucho (dejé el trabajo y corrí) si alguien lo había visto. Me dijeron que sí, que lo tenían, y tenían el libro. DIOS, gracias, eres el mejor, te amo muchito. Pero, cinco minutos después me dijeron:

-Sorry, ya no está. Lo teníamos acá, pero ya no tenemos tu bolsa. Alguien la debe haber tomado, te podemos llamar si sabemos algo. 

Simplemente no puedes andar ilusionando porque sí a las demás personas. Quédense con la maldita bolsa, y con todo lo demás, pero por favor, devuélvanme el LIBRO. SABEN CUÁNTO TIEMPO ESPERÉ PARA LEERLO? JAMÁS LO PODRÉ LEER, NO SABRÉ QUÉ LE PASA A LOS PROTAGONISTAS, NI POR QUÉ DICEN QUE ES TAN MARAVILLOSO...
En estos momentos, una indigente de Providencia se está limpiando el culo con el libro de la Biblioteca que yo quería leer y que tengo pedido a mi nombre, con mi dirección y número de teléfono.
Me odio a mí misma, porque está bien, DIOS, ya entendí la lección que me querías dar, tengo que dejar el trago, mis jefes me dijeron lo mismo, deja el copete (en los días de semana, no olvidar).

Me fui derrotada a mi casa, sin esperanzas. Hoy en la mañana desperté con el mismo sentimiento derrotista. esperando la muerte, porque ya nada tiene sentido (nunca tanto, soy muy exagerada).

Bueno, estaba en el trabajo, cuando entra a la tienda un señor (digo señor porque no era joven, pero tampoco muy viejo) para pedirme X cosa para su hijo. Yo amablemente le vendí la X cosa para su hijo de dos años, a lo que antes de irse me mira y dice:

-¿Sabes? ando con un regalo, lo compré pensando en mi polola, osea, mi expolola. Te lo quiero dar a ti, porque en verdad si no te lo doy, lo voy a botar. Tiene ticket de cambio, por si lo quieres cambiar. 
-Bueno, emmm, lo puedes dejar, veré qué hago con él después, porque estoy un poco ocupada. Pero gracias por venir.

Pasó una media hora del incidente aislado. Hasta que me acordé de la bolsa y el regalo. Me dio cosa, pero pensé "y si es una bomba o una broma" y entré en pánico y terror, así que la abrí rápidamente para encontrarme con un set de lencería fina. Lo cerré, miré para todos lados, me empecé a reír de forma bastante rara y nerviosa. Me sentí incómoda y con vergüenza, creo que estaba roja de la sorpresa. En mi cabeza sonaba mi voz chillona e infantil: "SON UNOS CALZONES Y UNOS SOSTENES, QUÉ ONDA CONCHETUMADRE, QUÉ HAGO, QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO".

 Le conté a mi grupo de amigas, la primera que me contestó me preguntó altiro si tenían ticket de cambio, onda para cambiarlo a mi talla, y mi amiga de las caipirinhas me dijo: "qué buena anécdota (muerta de la risa), pico hueona, perdiste una bolsa y recibiste una nueva a cambio". 
DIOS actúa de formas misteriosas, mi amiga caipirinha tiene razón. 

Este capítulo de mi vida debió haberse llamado "de cómo perdí un libro y la vida me entregó lencería fina". Pero, en verdad este tipo de anécdotas descabelladas solo me pueden pasar a mí. 

Ojalá no haya sido un psicópata que me persigue hace meses y recién ahora se dignó a presentarse ante su víctima. Ojalá no aparezca de nuevo pidiéndome fotos con los sostenes y los calzones puestos. Ojalá esta lencería no tenga un micro chip con gps que le indica dónde vivo o qué hago. Me acuerdo en este momento del capítulo de Los Simpson en que Artie Ziff, el eterno patético y psicópata enamorado de Marge Simpson le regala una máscara que transforma los ronquidos de Homero en  música para que ella pueda dormir, por esa máscara él la espiaba, quizá a mí me espíen los pezones. QUÉ TERRIBLE.

Libros de este año 1 Relatos de una mujer borracha de Martina Cañas

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Hace mucho tiempo que no escribo por placer, o por ejercicio mental (sano). Tampoco quiero decir, como siempre, que la Literatura me dejó cabreada y por eso, desde que empecé a estudiar Literatura, hasta los próximos, ocho años, que no logro escribir cualquier hueá (hasta en mi diario de vida), que no consiga borrar, alterar o reescribir. Tampoco quiero decir que fue un daño estudiar Literatura, porque en verdad agradezco la hermosa e infinita bibliografía que me dieron a conocer esos cuatro años, pero no agradezco el hecho de que haya tenido que hasta cagar leyendo sientos de fotocopias porque las 24 horas del día se me hacían nada para mantener el ritmo de lectura en cada ramo.

Bueno, filo, eso ya pasó, NO? A lo que voy, es que quería comentar el primer libro que me leí este año (en realidad fue a finales del 2015, quizá no tan a finales, porque creo que era noviembre, por ahí, no recordar, solo que quiero que quede como evidencia que fue a principio de año dosmildieciseis), el de la Martina, "Relatos de una mujer borracha", libro que hasta el día de hoy sigue siendo boom y se suman fans y fans, y principalmente, porque FUE MI MADRE la que me preguntó la semana pasada si tenía el libro de la Martina, porque quería leerlo. Le dije obviamente que NO LO TENÍA, una, porque me dio como una picazón en el cuerpo, y dos, porque en verdad no lo tengo, se lo presté a una colega (excolega de trabajo porque renuncié hace poco al trabajo, inesperadamente) y no me lo devolvió, jamás nunca. Tampoco lo extraño, por eso se lo presté, porque si no me lo devolvía, daba igual; me lo compré a tres lucas en el persa pirateado (es un libro enano, letra grande, súper fluido, por qué iba a gastar 10 luquitas por el original?)

Yo sigo a la Martina por facebook, me dan mucha risa sus post, me alegran el día a día, ella es el reflejo de mi generación, de mi círculo, mis amigas y yo. Y creo que su impacto, es que por fin una mina se atreve a hablar en las redes sociales de su vida sexual activa y hace despertar a las más cartuchonas e impulsarlas a que se destapen un poquito. Yo también soy un poco cartuchona, sobre todo en el vestir y en hablar de religión. Porque tengo mis razones: fui criada en una familia ultra católica, con decirte que mis viejos se conocieron en una congregación de juventud cristiana, que hacían catecismo, o como se llame, que iban a misa, y mi viejo trabajó muchos años al servicio del hogar de cristo y al ayuda de los más necesitados (en el sur, cuando vivíamos allá, se fue a una misión evangelizadora, y evangelizó y preñó a una loca de mierda, papito lindo, te quiero mucho, eres un incomprendido loquillo, la vida te trata mal, lo sé). Ya, ok, también porque siempre estuve en colegios católicos, y porque en no creer en nada (que me parece súper pastel y forever alone en el universo), prefiero creer un poco, por si acaso, para que no me juzguen tanto en el inframundo. Bueno, pasó que en el colegio, a los 16 años yo era una de las pocas vírgenes que quedaban de mi círculo de amigas, a todas ya les habían dado por todo y todos lados. Yo leía harto, era pesadita, y un poco depresiva, así que nadie me pescaba mucho.

Pero, volvamos a la Martina, lo que me gustó del libro (y de esta mina) es que es muy chistosa para contar sus relatos. Usa canciones (algunos remixes), algunas bien olvidadas, pero siempre latentes en nuestra memoria (no te das ni cuenta y empezai a cantar o tararear TODAS las canciones de luismi o chayanne, esas que escuchabas cuando tenías 6 años con tu vieja o abuelita, en mi caso). Y los términos o vulgarismos (jaja) para mencionar algunas partes de tu cuerpo o situaciones minísticas (NOTA: deben saber que tuve que googlear lo que era "andar con la coneja baleada", porque no tenía IDEA). Y quizás era una de esas razones por las que no quería, NI QUIERO, que mi mamá lea este libro, y es porque no quiero que me ande preguntando qué chucha es la coneja baleada.

Sin embargo, y aunque yo sé que aman a la Martina Cañas (como yo, no olvidar), no sentí para nada una gran variedad en sus historias, como que fue más de lo mismo que postea en su fan page de facebook, quizás yo esperaba más cosas, y me anduve desilusionando ahí. Igual me encantó y me sentí reflejada con muchas historias de niñez, borrachismo y "amigas". Menciones honrosas para esos capítulos de pasarse rollos con el hueón que vez una sola vez y piensas en el "por siempre juntos" (a quién no le ha pasado), o el hermoso y escalofriante capítulo de pololo con el papá freak que la hacía ponerse vestidos de su difunta mujer. Pero chicas, en verdad, hasta yo tengo más historias sexuales que la Martinita, y sé que ustedes también las tienen (anímense a contarlas todes), les podría hacer una lista, pero es muy larga y de la mitad ni me acuerdo, tampoco cuento el sexo oral o los besos, o si no, imagínense.

El libro lo leí en dos horas, onda no más (iba a poner menos). Y eso siempre lo agradezco, no sé por qué, igual me gusta la onda de escribir de la Julia Navarro o de la Sarah Lark (biblias de libro), porque quizá yo también soy un poco como ellas, ¡JESÚS! (siempre me acuerdo de un mino llamado Jesús, hermoso, idílico que conocí y no del verdadero Jesús que deseo invocar en momentos de ¡auxilio! de mi vida).

Es totalmente recomendable y disfrútenlo, porque de verdad te puede alegrar una tarde (solo una tarde porque las cosas buenas duran poco, en este caso, 2 horas, no más) y de paso, quizás aprenden algún tip sexual-joteístico-etc. (razón de más para que mi madre no lo lea, verla intentar algo de esto sería espantoso, no porque no quiera que sea feliz en su vida sexual, es que yo sé que no le resultaría), todo vale.

Por último, the last mención honrosa, para los apéndices del libro, que te enseñan el ritual de desinfección post maraca, se reirán, por la estúpidez, hasta lo encontraran todo gracioso y dirán: ¡Ay, Martinita, pero qué ridícula!", pero tendrían que estar en ESE momento preciso, en el que llegas a tu casa al otro día, te sacas todas tus pilchas, te miras en el espejo del baño (toda chascona, el rimmel corrido, ojerosa, los ojos rojos), cierras los ojos lentamente y los aprietas, sabiendo-recordando, y giras la cabeza en gesto de negación, te metes en la ducha, y tomas tu esponjita (ojalá una piedra pómez) y te empiezas a restregar tu cuerpecito (y a veces hasta lloras) muy rápidamente, y OJALA en ese momento tuvieras unas gotitas de cloro, para también desinfectarte y sentirte decente como antes. Pero bueno, solo tendrían que estar en esa posición para saber. La depresión post maraca es otro asunto del que hablaremos en otra ocasión. Grande, Martina.